Velamos por su bienestar

Carne de crianza natural

En nuestra explotación hay 750 ovejas ripollesas. La oveja ripollesa se caracteriza por ser un animal de gran calidad, tanto en su carne como en su lana. Hacemos un seguimiento durante todo el año del ganado para asegurar una màxima calidad en la carne de nuestros corderos.

En verano subimos el rebaño a la montaña (a los pastos de Coma Bella, situados a más de 2000 metros de altura). Estas tierras adentradas en el Parque Natural del Cadí-Moixeró, nos permiten alimentar nuestro ganado casi cuatro meses al año. Mientras yo guardo el rebaño, mi hermano aprovecha para recoger la hierba de los campos, hierba que servirá para alimentar el ganado en invierno. En la época veraniega el rebaño come de los mejores pastos, pastos frescos, tiernos y muy nutritivos. Esto hace que las ovejas alimenten de manera excepcional sus crías.

En otoño, con la llegada de las primeras nieves, hacemos bajar el ganado a Bagà, donde se alimentarán de las hierbas de los campos. Por las noches les damos un suplemenet de hierba almacenada durante el verano (esto nos permite hacer una rueda).

Así lo hacemos, tal como se ha hecho tradicionalmente,... en verano en los altos pastos, en primavera y en otoño a los pastos más bajos y en invierno, con el mal tiempo, utilizamos los pastos que hemos producido durante el verano.

Estos corderos, desde su nacimiento, hasta su muerte en matadero, los cuidamos, los engordamos, y velamos por su bienestar.

Finalmente los llevamos al matadero, donde los cortamos y envasamos al vacío, manteniendo la máxima calidad de su carne, y os la ofrecemos al mejor precio.

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